lunes, 30 de julio de 2012

El valor, el precio y la madre que los parió.



Es como escuchar u oír. Hace mucho tiempo que se intenta confundir su significado y hasta cierto punto nos lo hemos creído hasta que hemos descubierto, que la diferencia entre lo que hemos pagado y su precio real es la puñetera burbuja.

Claro que depende de quién lo interprete. Si es quien ha hecho negocio vendiendo mas caro que su precio real, porque ha convencido al comprador que su valor era mas alto, este diferencial se ha convertido en ganancias.

Lo malo, es que cuando la rueda se pone en marcha, aquel que vende y recoge dinero, intenta hacerlo de nuevo comprando por encima del precio real, para volverlo a vender con un diferencial mayor.

Si a esto le sumamos el crédito injustificadamente fácil, que incentivaba estas transacciones, estamos haciendo un globo tan grande, que cuando ha explotado, nos ha salpicado a todos. A los que comprábamos, a los que vendíamos, a los que dejaban el dinero sin pensarlo,… la cuestión era darle inercia a la rueda, hasta que ha dejado de moverse.

Y ahora qué.

Ahora nadie es culpable, y nos ha quedado una cara de despilfarradores convulsivos, por acabarnos creyendo que todo el monte era orégano.

Ahora toca arreglarlo. Lo malo es que quienes dictan las reglas del juego son quienes nos reprochan con cierta sonrisita debajo de la nariz, que en este país se haya trabajado al día, sin pensar en épocas de vacas flacas. Y lo peor es que tienen razón.

Y para resolverlo ¿cómo lo vamos a hacer?. Primero castigan al país con remedios que nos pueden hacer retroceder el reloj de nuestro falso bienestar varias décadas, para hacernos ver que no estamos donde creemos que estamos.

Me da miedo lo que viene a continuación, el "después ya veremos".

lunes, 23 de julio de 2012

¿Cuáles son las reglas del juego?


Lo malo de vivir con la necesidad de estar informado, es que acabas estándolo.

Cubres esa imperiosa necesidad devorando emisoras de radio, periódicos, noticieros de TV, twitter, linkedin y cualquier cosa que ayude a rellenar cualquier hueco susceptible de ser rellenado con una noticia mas.

Lo que también es cierto, es que tiendes a contrastar y a rebuscar en los medios gente con opinión, aunque no esté necesariamente de acuerdo contigo, para que observando y cruzando puntos de vista acabes teniendo ideas propias en este mar profundo de las opiniones.

Lo que he observado es que lamentablemente ahora todos desconocen las reglas del juego. Salvo raras excepciones, hablan alegremente de Prima de Riesgo, las fluctuaciones del IBEX, de los intereses por la venta de Deuda del Estado, Rescates,… y además sin demasiados conocimientos sobre lo que puede o no puede hacer el FMI o cualquier organismo financiero, sin dejarse atrás las Agencias de Calificación y toda la maraña ingente de estamentos e indicadores que se dedican a acorralar, como si se tratara de ovejas enviadas a un redil. Por mucho que intentemos esquivar el camino, ya está marcado.

Lo malo de este asunto es que lo que interesa es que continuemos en el camino, sin acabar de llegar a destino, porque sino, dejará de haber posibilidades de especular como hasta ahora, con todo un país.

Aquí es cuando me detengo, porque la verdad es que tampoco sé donde llegará mi reflexión.

Como cualquier hijo de vecino, se me ocurre pensar en cómo hemos llegado a este punto. Aquí es donde se me abre un nuevo camino en el que deberíamos hacer un ejercicio de introspección y analizar la gran pregunta ¿dónde hemos fallado?.

Y donde hemos fallado, fundamentalmente, es en haber aceptado el Sistema, sin hacer lo que se debería hacer con cualquier empresa: evolucionar y mejorar. Hacer el ejercicio de “prueba y error” y ponerle remedio cuando tocaba.

Ahora, personas que habían trabajado para Lehman Brothers, o Goldman Sachs, ocupan sillones relevantes en las decisiones económicas de gobiernos como Grecia, Italia y España, y dirigen los destinos de estos países muy tocados por el dedo maldito de las Agencias de Calificación.

Mientras, los ciudadanos que queremos estar informados, no nos queda mas remedio que acudir a las opiniones de “entendidos” en cuestiones macroeconómicas, que se dedican a opinar, pero que lo hacen desde cierto conocimiento de causa y capacidad de análisis técnico (que no político).

Pero la verdad es, que en lo que siempre ha funcionado, que es aquello de acción-reacción, ahora tiene despistados a todos.

Las reglas del juego han cambiado y aquellos que mueven las fichas, no conocen estas reglas. Ya nada ocurre como está previsto.

Lo terrible de todo ello, es que los ciudadanos empiezan a estar cansados de tanto desprecio, retroceso e incapacidad por retomar las riendas de todo esto.

Esto no hay quien lo arregle si no se reescriben las reglas del juego, y no se para los pies a quien se las está inventando sobre la marcha, y que consigue no llevarnos a ninguna parte y como dice el dicho “a río revuelto, ganancia de pescadores”.


lunes, 16 de julio de 2012

Hasta dónde llega nuestra capacidad de hartarnos


Hoy me he descubierto tomando mas de un café en la cafetería cercana a mi casa. Me he leído dos periódicos sin apenas darme cuenta que me zampaba los cafés sin piedad.

No esperaba encontrar ninguna noticia agradable ni motivadora, ya que ni tan solo las que lo intentan, lo son.

Ni tan solo la situación de violencia física y verbal que nos transmiten en los rotativos sobre cualquier otro lugar del mundo, ahoga el “llanto” de decrepitud que grita la situación de nuestro país.

Los ciudadanos ya hemos entendido que no se trata de cambiar las caras de quien gobierna, ya que no tan solo no han cambiado las perspectivas de futuro, sino que se aventura que nos dirigimos de forma constante al abismo. Uno de esos abismos que no se ven pero que se intuyen.

Y lo peor es que como los grandes temas financieros y económicos no se deciden ni en Europa, sino que están en manos de los “Mercados” y por lo tanto los gobiernos no tienen ni idea de cómo controlarlo, han decidido apretar las tuercas en aquellos temas que mas definen la política de uno u otro partido grande del Estado: el “jacobinismo” y la recentralización.

Con excusas fundamentadas en las consignas mas casposas que se les ocurren, siguen estropeando una y otra vez la convivencia, con decisiones que por injustas y malintencionadas, intentan que tengan mas “volumen y eco” que cualquier otra cosa que ocurra en la realidad del país.

Yo seguía bebiendo el café, sin acordarme que me quedan menos de 10 euros en el bolsillo para darme este “capricho” del café durante esta semana, que no sé cuánto me van a costar los medicamentos que voy a ir a buscar mañana, que no sé cómo voy a atender el recibo del préstamo, que ya se me acabó la prestación del desempleo, que no sé cómo voy a poner gasolina al coche para ir a Barcelona a la entrevista de trabajo (en la que me van a rechazar porque tengo mas de 50 años), y tampoco cuánto me va a costar aparcar en esa ciudad a 40 kilómetros de donde vivo. Y ya no pienso en comer, porque los tres que vivimos en casa dependemos de un sueldo de un trabajo que contratan un día antes y descontratan un día después.

Y además, descubres que el gobierno central nos recuerda que somos un país de personas con capacidad de sacrificio y que las medidas que se toman, lo hacen para tener un futuro mejor y en beneficio de todos (?).

La situación descrita no es ficticia. La situación descrita empieza a ser común entre mucha gente cuyo hartazgo empieza a mostrar signos de evidencia. 

(Nota del autor: Esta historia de ficción está inspirada en la realidad. Los personajes son reales, aunque no responden a la historia de nadie en concreto)

lunes, 25 de junio de 2012

La mala fama del marketing multinivel


Ciertamente el marketing multinivel se ha ganado a pulso mala fama. No es extraño que mucha gente lo relacione con aquello de los ejercicios piramidales en los que si enviabas una moneda y por pura progresión geométrica recibías en tu casa una ”fortuna” (?)

Normalmente se tiene tendencia a pervertir las palabras para ponerlas a favor de las ideas, sin importar cómo acabe transformándose el mensaje. Aunque acabe siendo una caricatura de la realidad.

Seguro que mas de uno relaciona el marketing multinivel con una simple estafa de una pandilla de aprovechados que acabarán embolsándose dinero por ser hábiles vendedores de mantas, con una capacidad innata para deslumbrar.

Bien, pues ya es hora de romper ese mito.

Si pudiéramos simplificar una descripción que se acercara al máximo a la realidad, podríamos ver las grandes ventajas de este tipo de negocio para aquellos que les gusta vender y que quieren sentirse apoyados por las marcas y la empresa.

Es un una fórmula brillante para construir una estructura de relaciones que permite generar ventas y clientes fieles.

En un momento difícil para encontrar trabajo, aquellos que encuentran un equipo entusiasta cuyo camino es honesto y que lo que quieren es tener clientes y generar ventas que les permitan complementar sus ingresos, lo mejor que les puede ocurrir es encontrar el equipo humano, la estructura de trabajo y los productos para representar, que den respuesta a sus ambiciones y ganas de progresar profesionalmente.

Hay empresas como Paradigmateam que lo hacen y ayudan a que sea así. Un equipo de personas de todos los territorios, cuyo cometido es hacer clientes que les compren de forma habitual. Y que sea así porque les gustan sus productos y porque la calidad humana y profesional de sus miembros es exquisita.

Para ello, les apoya con formación continuada. Una formación que va desde la mas técnica a la específica de los productos de su catálogo.

Es importante saber que para jugar al golf se necesita una pelotita blanca y unos palos para darle a la pelotita y lanzarla lo mas cerca posible. Es interesante saber qué hace cada palo, cuántos hoyos y todo lo relativo a este deporte.

Pero también es importante saber cómo posicionar el cuerpo. Cómo balancear el palo, Cómo decidir el golpe. Cómo imaginarse la trayectoria,… en fin: la técnica.

Por lo tanto una empresa fiel con sus principios, hace una labor de coaching que permite a aquellos que forman parte del equipo, saber que están apoyados en todo momento por personas que les pueden ayudar a que sepan tomar las decisiones adecuadas, saber tratar a los clientes, mejorar sus ventas y sentirse parte de un equipo poderoso de profesionales.

martes, 8 de mayo de 2012

La teoría de la implosión española


A estas alturas ya nadie duda que estamos en un proceso de “rompernos hacia adentro” y que el ruido y las consecuencias de algo así, queda en el interior de nuestro sistema político, financiero y de estructura del Estado.

Y curiosamente, algunos países que llevan años haciendo bien su trabajo, y que han visto como aquellos que se incorporaban a la UE se han dedicado a dilapidar los fondos que prestaron los primeros, con la intención de acercar lo mas posible las nuevas economías locales a las suyas, ahora tan solo les queda protegerse de las consecuencias de una “explosión” del Sistema, procurando que si estalla algo, que estalle hacia adentro y no hacia afuera.

Es como si nos pusieran un arma en la mano, con la intención de que nuestra conciencia nos obligara a un pseudosuicidio colectivo, el de todo un país.

Los políticos se han de poner al día inmediatamente, y que cuando se miren al espejo no se vean con “lechuguillas” (cuellos de lienzo como el de “El Caballero de la Mano en el Pecho”). Están atrapados en los conceptos mas jacobinos y anticuados de una época que ya pasó.

Si hablan de gobernar España, y la entienden como un territorio desde donde crecer y prosperar, que no se dediquen a ahogar los recursos que permiten que los territorios crezcan y evolucionen, quitándoles el pie del gaznate y ayudando a que mejore todo, y no a intentar volver a tiempos pasados y casposos.

Es hora de ayudar a aquellos territorios que hacen sus deberes y hacer posible una evolución en positivo, y no esconderse en actitudes y estrategias que rozan el esperpento, como el de la centralización (que ya sabemos que no funciona) o el de universalizar todo lo que se pueda a troche y a moche.  

Y ahora que hay excusas para todo, que nos vienen en forma de imposiciones y fórmulas de desaceleración, como se tendrá que buscar culpables, los buscan en casa, y ahí, ya estamos poniendo la mecha para que después con cualquier chispa, se encienda e implosionemos irremediablemente.

miércoles, 11 de abril de 2012

Soy catalán. ¿Algún problema?

No hay nada mas infame, que destruír los significados de las cosas, pervirtiendo mensajes, conceptos e ideologías.

Si. Yo soy nacionalista. Y nacionalismo no es otra cosa que creer en la identidad de un colectivo, que por sus costumbres, forma de ser y organizarse, por su lengua y su cultura y sobre todo, por la manera de concebir sus relaciones con los demás, se entienden corporativos y se identifican como tales.

Cualquier otra manera de entenderlo, sobre todo cuando se adjetivan (separatistas, racistas, anti-no-se-qué,…), ya se intenta demonizar que te sientas parte de algo. Sobre todo, aquellos/as que se dedican a dar a entender que un colectivo no tiene derechos y que el suyo los tiene todos porque son mas grandes y ganaron una guerra, entonces ya empezamos a incomodar y a intentar mostrar una realidad engañosa sobre un territorio, para pervertir  la convivencia, y hacer irrespirables las relaciones entre un colectivo y el otro.


Y hay cosas que se han convertido en normales, porque lo son. Nadie las ha impuesto, sino que han dejado de ser perseguidas como anómalas. La lengua, la cultura, las instituciones, los símbolos,...)

Pues si, yo soy nacionalista. Pero uno de estos nacionalistas en los que mi padre era aragonés, mi madre catalana y me hacen sentir vergüenza ajena cuando escucho estupideces de algún político de las derechonas mas rancias de España, que es cuando no me siento para nada identificado con su idea de país.

Y vamos a distinguir entre ser de derechas y ser de la derechona. También caben las realidades de lo que significa ser de derechas en un país comunista o en un país capitalista. Ya saben que con la palabreja “derecha” se definen los conservadores, y de haberlos los hay comunistas y capitalistas. En China la derecha serían los comunistas y en España no (para poner un ejemplo).

El partido que actualmente gobierna en la mayoría de “los gobiernos” autonómicos y en España, tiene el gran problema de haber aglutinado excesivas sensibilidades de derechas y de derechonas intolerantes. Incluso a los de derechas que les cuesta admitir que lo son, dicen ser liberales, apropiándose de un concepto que no les define, y cuando en realidad están mezclados con “neocons” que les encanta el “tea party” norteamericano.

No hablemos de los partidos llamados de izquierdas, que hasta ahora se han dedicado a plantear escenarios utópicos sobre convertirse en generadores de trabajo administrado por “papá Estado” y otras sandeces, pensando que con actuaciones que apoyen al bienestar de las personas con recursos públicos era suficiente para levantar el ánimo y maquillar una situación insostenible. No han pensado en que la gran aspiración de la gente es sentirse de clase media con recursos ilimitados, y a eso han jugado los bancos con la connivencia financiera internacional y además inventándose aquello de la capacidad de endeudarse. Que para un particular era lícito en tanto y en cuanto para la administración pública lo era a lo bestia.

Si, soy nacionalista, y creo que la locura de confundir globalización con universalización, nos ha llevado a una senda compleja, sobre la que no hay una solución clara. Nos ha llevado a un momento en que lo que opinen nuestros representantes públicos y nuestros países importa poco, porque los que realmente manipulan los vaivenes financieros son quienes han convertido todo esto en un juego para ganar dinero, importándoles un pito todo lo demás.

Y no ha ayudado nada lo del “destino en lo universal” y lo de creernos que sólo existen los caminos que nos muestran quienes gritan mas o quienes tienen la posibilidad de que les escuchen porque ostentan un cargo institucional.

Pues no. La cosa está muy mal, y si siguen considerando a los nacionalistas y al autogobierno como los culpables de todo esto, que repasen las hemerotecas y que observen que las cosas no son como intentan transmitir con reinterpretaciones que parecen una burla, sino que su intención es mas la de volver a subyugar y a pisar los derechos nacionales de personas que no creemos en la España única, donde no tenemos ninguna voz, ni la hemos tenido nunca. Donde están convencidos que las reivindicaciones de Catalunya han sido una anécdota y una forma de creernos algo que no vamos a tener nunca.

Y acabo recordando de nuevo dónde estoy en todo este panorama: soy liberal, socialdemócrata y humanista a partes iguales.

Y soy nacionalista. Por cierto, y además me gusta tener opinión... ¿algún problema?.

sábado, 24 de marzo de 2012

Enteradillos y dictadorcillos de pacotilla


Últimamente se hacen más visibles y evidentes según qué clase de aconsejadores profesionales, que con aspiraciones de sabios, se ven autorizados a darte instrucciones sobre cosas sobre las que no necesitas saber nada.

Pasa en restaurantes en los que sin preguntarlo redirigen tus decisiones en lo que te apetece comer, cambiando tus decisiones, porque las ponen en duda con buenas palabras. Todo ello sin preguntarte lo que te gusta, o si tienes mucha o poca hambre, o cuáles son tus limitaciones económicas.

Pasa con personas que se autocalifican como profesionales del consejo, que lejos de estudiar contigo lo que necesitas, se lanzan a soltarlos indicándote cómo deberías trabajar y en qué cuestiones deberías apoyarte, y te sueltan consejos aprendidos sin que haya mediado ninguna petición de ayuda.

También los hay que están de “seguratas” en según que lugar, y sin escucharte, deciden que ahí no vas a entrar y punto.

O también hay funcionarios no importa en qué administración, que se saltan a la torera lo que pretendes, para aconsejarte lo que tienes que hacer sin preguntarse que necesitas y por qué, lanzándose a dar opiniones y consejos en cosas que no te interesan.


O algunos políticos, que por tener un cargo institucional que "ha ganado" porque tal o cual político de su partido tiene un cargo relevante (limitado en el tiempo), a pesar de tener autoridad, puede no tener preparación alguna para ocuparlo, y confunde el bien común con la verdad, y ser propietarios de la razón. 

O aquellos que porque saben que los que están esperando en la cola van a verlos a ellos, se “visten” de importantes y se creen autorizados a tratarte como un inútil que necesita su consejo.

O aquellas personas que atienden al público, y que mirándote con superioridad, te ignoran, cuando les preguntas si tienen este o aquel producto, te dicen que tienen lo que hay en la estantería, sin preocuparse por tus necesidades.

También hay participantes de "psicotertulias" que acaban creyéndose sus opiniones, porque gritan mas, impiden hablar a los demás y se creen opinadores profesionales con derecho a convertir en realidad un simple rumor. 

Muchos de ellos se sienten con “suficiente experiencia” (superior a la tuya), porque hace 10 años que trabajan en ello, y muchas veces, su “expertise” se basa en haber repetido diez veces un año mal aprendido.

Todos estamos en un proceso de apredizaje constante y tenemos la obligación, de convertirlo en nuestro know-how. Y aquellos que nuestro trabajo nos obliga a relacionarnos con los demás podemos encontrarnos con dos supuestos.

Aquellos que ya saben lo que quieren y te lo piden. A estas personas, que normalmente te dicen por qué quieren este producto o este servicio (o no), has de respetar su decisión, porque no sabes cuál a sido su proceso reflexivo hasta llegar a esa conclusión.

Aquellos que no saben muy bien lo que quieren has de ayudarlos en una elección y en una decisión, por lo tanto debemos dotarlos de toda la información que le podamos proporcionar, con el fin de que la decisión final, aquella que es la decisiva, la tome quien nos escucha, porque le hemos proporcionado todos los elementos racionales que necesita, para cualificar bien sobre su decisión.

En cualquiera de los casos, aquellos que invaden el territorio personal de cualquier consumidor, paciente, cliente, usuario o ciudadano, deberían observarse a si mismos, porque no le gustará lo que verán. 

viernes, 16 de marzo de 2012

Armarse de razones para continuar


El mundo está muy revuelto. Nuestro país se debate entre sus ruinas financieras, para encontrar salidas con los remedios de siempre. En nuestro territorio inmediato, en la ciudad, se notan los estragos que ha causado una administración alegre y despreocupada durante años que no les importaba cómo se pagaría lo que estaban haciendo. En la mayoría de familias, hemos sido vencidos por la cultura consumista en la que lo mas fácil era encontrar dinero para pagar. Cada uno de nosotros nos hemos creído que nuestras habilidades profesionales siempre interesarían y que el mercado de trabajo iba sobrado de ofertas.

Teatros magníficos, polideportivos extraordinarios, aeropuertos, lineas de ferrocarril de alta velocidad, autovías y otros desmanes construídos con dinero público donde estos equipamientos no hacían falta, y que ahora son un verdadero ejemplo de los derroches de algunos visionarios que lo que mas les importaba era lucirse y en muchos casos asegurarse unos ingresos extra, y que ahora no nos queda otra que pagarlo los demás.

Los ciudadanos, hemos sido en muchos casos la viva imagen de este despropósito. Con nuestros recursos económicos hemos vivido en falso, hasta el punto que nos hemos creído que con lo que ganábamos cada mes podíamos pagar lo que nos prestaba el banco, por indecente que fuera la cifra. Comprar un piso, era además amueblarlo y comprar un coche. Las cuotas irreverentes nos obligaban a comprometernos a devolver cifras que implicaban mas de un sueldo por familia y durante muchos años, si pretendíamos vivir y comer, sin distraernos con algunos lujos.

Bien, todo lo que he dicho hasta ahora son obviedades, y no por ello son cuestiones para pasar sobre ellas de puntillas sin hacer mucho ruido. Seguro que pisamos algún callo, o encendemos algún arbusto sin querer (o no).

Y visto lo visto, ¿cómo nos armamos de razones para continuar?,… difícil, de verdad difícil.

Hay varias cuestiones a tener en cuenta. Ahora ya no es posible plantearse las cosas como se ha hecho hasta ahora. Una familia endeudada, sigue endeudándose. Tan solo con lo que ya debe, es suficiente para que le crezca constantemente la deuda, sobre todo, si tiene dificultades para pagar al día.

Está claro que debe plantearse si ha de bajar un par de peldaños la escalera por la que ha subido hasta ahora, hasta saber que puede atender lo que debe pagar de forma periódica. Las cosas, con este panorama y a corto plazo, no van a mejorar. Deberemos desprendernos de cosas.

Encontrar un trabajo bien remunerado, también va a ser difícil. Teniendo en cuenta que debemos replantear qué es un trabajo bien remunerado. Lo que hasta ahora se denominaba como el pobre  “mileurista” es un trabajo con una remuneración normal. Ahora, los trabajos se remuneran menos. Por debajo de 1.000 euros al mes, o 7 euros la hora es lo mas habitual.

Los trabajos ya no son para siempre, y para mejorar el estatus profesional, no queda mas remedio que evolucionar en el mercado del trabajo. Mas formación, mas experiencia, mas habilidades y especializarse al máximo (o no), es la manera de hacer camino.

Se han acabado los endeudamientos de mas de 500 euros al mes por familia, para tener un piso mejor, o un coche de mas lujo, o electrodomésticos mas evolucionados. Se acabaron según que formas de ocupar el ocio, buscando financiación. Se acabó comprar según que cosas nuevas, que tan solo con una reparación de las que ya tenemos seguirán funcionando. Al menos de momento.  

Y también se acabaron los derechos laborales que se han ganado poniendo contra las cuerdas a quienes generan trabajo, porque ya no tienen con qué pagarlo, si no es con cualquier chanchullo amparado detrás de siglas como ERO, FOGASA, CdA, o lo que sea. Los sindicatos, deberán actualizarse y reinventarse. Lo de la lucha de clases ya se acabó, porque todos somos de clase media, o como mínimo es donde nos gusta estar, y la mayoría (la muy gran mayoría) de empresas y de emprendedores, son pequeños (de tamaño) locos, dispuestos a emprender sin demasiados recursos.

Lo que deberá replantearse es cómo evolucionará todo esto, porque la realidad es que está casi todo inventado. Las empresas si ganan dinero, tendrá que notarse en los bolsillos de aquellos que trabajan en ellas, y si pierde dinero, deberá encontrar formulas justas (de justicia, no de leyes interpretables), para que la empresa no caiga.

En cualquier caso, los que tenemos de 30 en adelante, no hemos dejado un buen panorama para los que nos siguen, y deberán reinventarlo todo. Pero tampoco debemos acomplejarnos, porque tenemos el deber de echarles una mano.

viernes, 2 de marzo de 2012

Ya no hay trabajos para toda la vida

O al menos esa debería ser nuestra forma de pensar. Está claro que voy a entrar en un jardín del que no se cómo voy a salir, pero quiero dar mi opinión.

Los derechos laborales son algo que se ha conseguido durante años, con la férrea negociación de los sindicatos.
 Todos aquellos que hemos trabajado para otros, hemos salido ganando, porque no se nos puede despedir alegremente, y los años trabajados le dan valor añadido a lo que cobraremos en caso de despido.

Por otra parte, esto quiere decir que se ha incentivado la permanencia en el puesto de trabajo, como una forma de que gane valor.
 Y por lo tanto se ha desincentivado la búsqueda de nuevos trabajos, cambiar de puesto en su empresa o prosperar en otra.

Las empresas tampoco han hecho sus deberes y no han hecho nada para gestionar de forma correcta el talento de sus trabajadores, y en muchos casos han permanecido en su puesto de trabajo de siempre, sin permitirles mejorar ni crecer profesionalmente.

También hay que recordar que muchos empresarios "de manual" han convertido la gestión de la crisis en lo que se espera de ellos: redimensionar su empresa, buscar mejoras en los costes, asegurar los cobros, y aprovechar las herramientas que
 le otorga la Ley para despedir gente y reducir la empresa hasta el extremo de poder "aguantar" lo que dure la crisis.

Hay muy pocos que han hecho buena aquella frase que dice "si seguimos haciendo lo de siempre y perdemos el oxígeno, es mejor cambiar de estrategia", y se han dedicado a pensar en reducir los costes para mantenerse y no han hecho nada para hacerla crecer.

Bueno, ahora hay lo que hay.
 Una sociedad en crisis, las empresas en crisis, el trabajo en crisis, el sistema en crisis, el país en crisis, ... y además aquellos que tienen como negocio dejar dinero para que otros lo muevan y puedan comprar lo que sea a crédito ya no lo hacen, y por tanto los compradores en potencia tampoco mueven dinero y todo se va parando poco a poco.

Los últimos cincuenta años, la economía se ha basado en trabajar a crédito. Ahora nos tenemos que acostumbrar a tener el dinero antes de comprar.
 Y si no tienes el dinero, no lo puedes hacer.

No basta con poner garantías como los ladrillos.
 Incluso no basta con demostrar que ganas suficiente dinero.

Tampoco puedes refinanciar nada si no es con un cambio en el interés que te cobran por el dinero que ya les debes, y una mejora sustancial en sus garantías y en muchos casos  complicando la vida a la familia.

La banca está haciendo mal sus deberes, porque todo se está deteriorando de forma rápida e irreversible, y aquellos que tienen talento para hacer cosas a fuerza de no encontrar ayuda, acaban hundiéndose.

La formación, la mejora de la capacitación, la búsqueda de trabajo donde mejorar los conocimientos, entender el cambio de puesto de trabajo como una manera de prosperar, y por tanto encontrar empresas dispuestas a gestionar el talento y buscar nuevos talentos, debería
 formar parte del ADN de los agentes laborales: los trabajadores, los sindicatos y las patronales.

Tiene que haber un cambio sustancial de estrategia si queremos volver a mirar con esperanza el futuro.

martes, 14 de febrero de 2012

Nuevas formas de negociar


Todos estamos de acuerdo, que hacer negocios, consiste en negociar y sacarle provecho.

Se ha pasado querer ganar y por lo tanto hay un perdedor, a otra forma de verlo, y reconocer que la mejor manera de dar por buena una negociación es que los dos ganen (win to win).

Sentadas estas bases, hay que buscar las formas de dar valor al intercambio. Se empezó con el trueque, que consistía en que ambos negociadores le dieran el valor de uso que le iban a dar, y por lo tanto se intercambiaban bienes y servicios en función del valor que le daban cada uno de los negociadores. O sea, que ambos salían ganando con el intercambio, porque resolvían su necesidad con el trueque.

Mas tarde se les dio un valor contable. Se trataba de poner una cifra en clave de valor y ahí surgió la necesidad de la existencia de monedas, en las que era necesario que se les reconociera la validez del cambio. Cobró gran importancia el concepto de “ganancias”. El coste de hacer algo con la habilidad personal (artesanos, etc), y que valoraran (en monedas) que el producto resultante tenia un valor mayor del que había costado, permitió (y permite) que haya negocios y beneficios.

Bien, hasta ahí todo está mas o menos bien. Pero hubo un momento en el que  dinero se convirtió en un producto mas. Y se podía (y puede) negociar con él. Y para darle valor se hizo fuerte el modelo de especulación que ha permitido valorarlo mas o menos, en función de si quien quiere ese dinero, le da mas o menos valor. Incluso el apoyo de aquellos que realizan negocio con él, han conseguido que el dinero sea tan solo una anotación contable y tener beneficios tan solo con conseguir que se le de mas o menos valor.

Y justo en ese momento, donde el producto ha perdido la fuerza en el valor del intercambio, y en cambio lo que tiene importancia es el “apellido” del dinero con el que se paga, todo empieza a cobrar complejidad.

Y evidentemente, cuando el dinero sólo sustenta su valor, en el “aprecio” que le den aquellos que negocian con él y por lo tanto lo consideran un producto mas, esto se complica.

Lo complicamos cuando aparece un elemento mas, que es la capacidad de endeudarse. Y ahí he de hacer un aparte. Si endeudarse consiste en hacerlo para crear una empresa, que va a generar dinero y que va a dar ocupación, o que en definitiva va a generar negocio, fenomenal.

Si endeudarse consiste en solo eso: endeudarse, vamos mal.

Y volvamos al asunto. A las nuevas formas de hacer negocio. La de ayudar a aquellos que van a generar trabajo y a mejorar las condiciones generales con nuevos productos y nuevas formas de hacer. Apostar por las nuevas ideas.

Poner en clave de valor las cosas (ponerle precio) no solo es legítimo sino que es necesario.

Encontrar empresas de las que necesitas bienes y servicios, y ellos también necesitan de tus bienes y servicios, es una magnifica manera de considerar convertir la relación profesional en un “trueque”, en el que median los documentos que la ley tiene establecidos, pero en el que no se hace una transacción en monedas, sino que en productos puestos en valor.

Esta es una nueva manera híbrida, en la que se combinan la forma tradicional y la del intercambio, que muchos emprendedores ya empiezan a pensar para realizar sus negocios.

Y hay que tomar en cuenta que es una forma novedosa, aunque nada nueva, de realizar una transacción.