viernes, 2 de marzo de 2012

Ya no hay trabajos para toda la vida

O al menos esa debería ser nuestra forma de pensar. Está claro que voy a entrar en un jardín del que no se cómo voy a salir, pero quiero dar mi opinión.

Los derechos laborales son algo que se ha conseguido durante años, con la férrea negociación de los sindicatos.
 Todos aquellos que hemos trabajado para otros, hemos salido ganando, porque no se nos puede despedir alegremente, y los años trabajados le dan valor añadido a lo que cobraremos en caso de despido.

Por otra parte, esto quiere decir que se ha incentivado la permanencia en el puesto de trabajo, como una forma de que gane valor.
 Y por lo tanto se ha desincentivado la búsqueda de nuevos trabajos, cambiar de puesto en su empresa o prosperar en otra.

Las empresas tampoco han hecho sus deberes y no han hecho nada para gestionar de forma correcta el talento de sus trabajadores, y en muchos casos han permanecido en su puesto de trabajo de siempre, sin permitirles mejorar ni crecer profesionalmente.

También hay que recordar que muchos empresarios "de manual" han convertido la gestión de la crisis en lo que se espera de ellos: redimensionar su empresa, buscar mejoras en los costes, asegurar los cobros, y aprovechar las herramientas que
 le otorga la Ley para despedir gente y reducir la empresa hasta el extremo de poder "aguantar" lo que dure la crisis.

Hay muy pocos que han hecho buena aquella frase que dice "si seguimos haciendo lo de siempre y perdemos el oxígeno, es mejor cambiar de estrategia", y se han dedicado a pensar en reducir los costes para mantenerse y no han hecho nada para hacerla crecer.

Bueno, ahora hay lo que hay.
 Una sociedad en crisis, las empresas en crisis, el trabajo en crisis, el sistema en crisis, el país en crisis, ... y además aquellos que tienen como negocio dejar dinero para que otros lo muevan y puedan comprar lo que sea a crédito ya no lo hacen, y por tanto los compradores en potencia tampoco mueven dinero y todo se va parando poco a poco.

Los últimos cincuenta años, la economía se ha basado en trabajar a crédito. Ahora nos tenemos que acostumbrar a tener el dinero antes de comprar.
 Y si no tienes el dinero, no lo puedes hacer.

No basta con poner garantías como los ladrillos.
 Incluso no basta con demostrar que ganas suficiente dinero.

Tampoco puedes refinanciar nada si no es con un cambio en el interés que te cobran por el dinero que ya les debes, y una mejora sustancial en sus garantías y en muchos casos  complicando la vida a la familia.

La banca está haciendo mal sus deberes, porque todo se está deteriorando de forma rápida e irreversible, y aquellos que tienen talento para hacer cosas a fuerza de no encontrar ayuda, acaban hundiéndose.

La formación, la mejora de la capacitación, la búsqueda de trabajo donde mejorar los conocimientos, entender el cambio de puesto de trabajo como una manera de prosperar, y por tanto encontrar empresas dispuestas a gestionar el talento y buscar nuevos talentos, debería
 formar parte del ADN de los agentes laborales: los trabajadores, los sindicatos y las patronales.

Tiene que haber un cambio sustancial de estrategia si queremos volver a mirar con esperanza el futuro.

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