martes, 2 de abril de 2013

Sigue habiendo demagogos y líderes de pandereta.


“Los exabruptos condicionales del saber onírico, son melísimas de las coyunturas anímicas, de tal modo, que el ejercicio de un albedrío ecuánime, jamás ejercerá privilegios circunstanciales..." 


Este texto, pertenece al “demagogo” de una obra de teatro de los años 70 del siglo pasado.

Cada vez que el personaje “largaba” cuatro o cinco frases ininteligibles, mas le aupaban, mas le aplaudían, mas le alentaban… “es un gran líder” (decían).

Hoy las cosas no han cambiado demasiado, si acaso la época y poca cosa mas.

Sigue habiendo demagogos y lideres de conveniencia, cuyo único cometido es tener entretenida a la gente. Esta claro que ya no pone nervioso a nadie que alguien, por tal de salir elegido, se base en dos bravatas, tres mensajes a medias, dos o tres titulares de descrédito al oponente y poca cosa mas. Porque de  soltar ideas solventes nada de nada.

Y si se ha de hacer cualquier cosa que no coincida con lo que prometimos, qué mas da, los apoyos incondicionales nos sostendrán. Da igual lo que digamos o lo que hagamos, nada nos compromete.

Y si la Carta Magna nos permite actuar impunemente, se trata de no cambiar ni una coma.

Es muy triste para alguien que es todavía un idealista, que defiende la democracia y apoya las causas justas, encontrarse en la encrucijada de poner en duda sus propias convicciones.

Sigo creyendo en el ser humano, a pesar de todos sus ruidosos errores, sus múltiples miserias y su consciente inconsciencia.

Pero a pesar de todo lo que me gustaría creer, sigue y seguirán existiendo múltiples formas de demagogia y de líderes de pandereta, mientras habrá otros que por mucho que lo intenten, no les escuchará nadie.

Y está claro que todos perdemos.

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