El mundo está muy revuelto.
Nuestro país se debate entre sus ruinas financieras, para encontrar salidas con
los remedios de siempre. En nuestro territorio inmediato, en la ciudad, se
notan los estragos que ha causado una administración alegre y despreocupada
durante años que no les importaba cómo se pagaría lo que estaban haciendo. En
la mayoría de familias, hemos sido vencidos por la cultura consumista en la que
lo mas fácil era encontrar dinero para pagar. Cada uno de nosotros nos hemos
creído que nuestras habilidades profesionales siempre interesarían y que el
mercado de trabajo iba sobrado de ofertas.
Teatros magníficos,
polideportivos extraordinarios, aeropuertos, lineas de ferrocarril de alta
velocidad, autovías y otros desmanes construídos con dinero público donde estos
equipamientos no hacían falta, y que ahora son un verdadero ejemplo de los
derroches de algunos visionarios que lo que mas les importaba era lucirse y en
muchos casos asegurarse unos ingresos extra, y que ahora no nos queda otra que
pagarlo los demás.
Los ciudadanos, hemos sido en
muchos casos la viva imagen de este despropósito. Con nuestros recursos
económicos hemos vivido en falso, hasta el punto que nos hemos creído que con
lo que ganábamos cada mes podíamos pagar lo que nos prestaba el banco, por
indecente que fuera la cifra. Comprar un piso, era además amueblarlo y comprar
un coche. Las cuotas irreverentes nos obligaban a comprometernos a devolver
cifras que implicaban mas de un sueldo por familia y durante muchos años, si
pretendíamos vivir y comer, sin distraernos con algunos lujos.
Bien, todo lo que he dicho hasta
ahora son obviedades, y no por ello son cuestiones para pasar sobre ellas de
puntillas sin hacer mucho ruido. Seguro que pisamos algún callo, o encendemos
algún arbusto sin querer (o no).
Y visto lo visto, ¿cómo nos
armamos de razones para continuar?,… difícil, de verdad difícil.
Hay varias cuestiones a tener en
cuenta. Ahora ya no es posible plantearse las cosas como se ha hecho hasta
ahora. Una familia endeudada, sigue endeudándose. Tan solo con lo que ya debe,
es suficiente para que le crezca constantemente la deuda, sobre todo, si tiene
dificultades para pagar al día.
Está claro que debe plantearse si
ha de bajar un par de peldaños la escalera por la que ha subido hasta ahora,
hasta saber que puede atender lo que debe pagar de forma periódica. Las cosas,
con este panorama y a corto plazo, no van a mejorar. Deberemos desprendernos de
cosas.
Encontrar un trabajo bien
remunerado, también va a ser difícil. Teniendo en cuenta que debemos replantear
qué es un trabajo bien remunerado. Lo que hasta ahora se denominaba como el
pobre “mileurista” es un trabajo con una
remuneración normal. Ahora, los trabajos se remuneran menos. Por debajo de 1.000
euros al mes, o 7 euros la hora es lo mas habitual.
Los trabajos ya no son para
siempre, y para mejorar el estatus profesional, no queda mas remedio que
evolucionar en el mercado del trabajo. Mas formación, mas experiencia, mas
habilidades y especializarse al máximo (o no), es la manera de hacer camino.
Se han acabado los endeudamientos
de mas de 500 euros al mes por familia, para tener un piso mejor, o un coche de
mas lujo, o electrodomésticos mas evolucionados. Se acabaron según que formas
de ocupar el ocio, buscando financiación. Se acabó comprar según que cosas
nuevas, que tan solo con una reparación de las que ya tenemos seguirán
funcionando. Al menos de momento.
Y también se acabaron los
derechos laborales que se han ganado poniendo contra las cuerdas a quienes
generan trabajo, porque ya no tienen con qué pagarlo, si no es con cualquier
chanchullo amparado detrás de siglas como ERO, FOGASA, CdA, o lo que sea. Los
sindicatos, deberán actualizarse y reinventarse. Lo de la lucha de clases ya se
acabó, porque todos somos de clase media, o como mínimo es donde nos gusta
estar, y la mayoría (la muy gran mayoría) de empresas y de emprendedores, son
pequeños (de tamaño) locos, dispuestos a emprender sin demasiados recursos.
Lo que deberá replantearse es
cómo evolucionará todo esto, porque la realidad es que está casi todo
inventado. Las empresas si ganan dinero, tendrá que notarse en los bolsillos de
aquellos que trabajan en ellas, y si pierde dinero, deberá encontrar formulas
justas (de justicia, no de leyes interpretables), para que la empresa no caiga.
En cualquier caso, los que
tenemos de 30 en adelante, no hemos dejado un buen panorama para los que nos
siguen, y deberán reinventarlo todo. Pero tampoco debemos acomplejarnos, porque
tenemos el deber de echarles una mano.
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