martes, 8 de mayo de 2012

La teoría de la implosión española


A estas alturas ya nadie duda que estamos en un proceso de “rompernos hacia adentro” y que el ruido y las consecuencias de algo así, queda en el interior de nuestro sistema político, financiero y de estructura del Estado.

Y curiosamente, algunos países que llevan años haciendo bien su trabajo, y que han visto como aquellos que se incorporaban a la UE se han dedicado a dilapidar los fondos que prestaron los primeros, con la intención de acercar lo mas posible las nuevas economías locales a las suyas, ahora tan solo les queda protegerse de las consecuencias de una “explosión” del Sistema, procurando que si estalla algo, que estalle hacia adentro y no hacia afuera.

Es como si nos pusieran un arma en la mano, con la intención de que nuestra conciencia nos obligara a un pseudosuicidio colectivo, el de todo un país.

Los políticos se han de poner al día inmediatamente, y que cuando se miren al espejo no se vean con “lechuguillas” (cuellos de lienzo como el de “El Caballero de la Mano en el Pecho”). Están atrapados en los conceptos mas jacobinos y anticuados de una época que ya pasó.

Si hablan de gobernar España, y la entienden como un territorio desde donde crecer y prosperar, que no se dediquen a ahogar los recursos que permiten que los territorios crezcan y evolucionen, quitándoles el pie del gaznate y ayudando a que mejore todo, y no a intentar volver a tiempos pasados y casposos.

Es hora de ayudar a aquellos territorios que hacen sus deberes y hacer posible una evolución en positivo, y no esconderse en actitudes y estrategias que rozan el esperpento, como el de la centralización (que ya sabemos que no funciona) o el de universalizar todo lo que se pueda a troche y a moche.  

Y ahora que hay excusas para todo, que nos vienen en forma de imposiciones y fórmulas de desaceleración, como se tendrá que buscar culpables, los buscan en casa, y ahí, ya estamos poniendo la mecha para que después con cualquier chispa, se encienda e implosionemos irremediablemente.